Vida en las cañerías

En la Peri Amsterdam, o sea en el segundo conurbano de la ciudad de los Países Bajos, andaba el Vice Lampara Gaston, pedaleando como un bruto por una de las tantas sendas para practicar ciclismo.

Yendo hacia el centro de la ciudad, vio un bello edificio con unas cúpulas hermosas. Atinó a sacar el celular para tomar una foto y se llevó por delante una aerorata que salía de un edificio de oficinas con un disco entre los dientes. Furioso le tiró con un zapato, porque el Vice Lampara era un retrógrado antidisco; la música que escuchaba de sus hijos lo tenia apabullado y todo lo que contenía música era maligno para el alma humana. Fue a buscar el zapato persiguiendo a la aerorata y cayó en la toma de agua de la esquina. La corriente lo arrastró hasta el canal de afluentes que estaba bajo la calle, mientras gritaba burbujeando detrás del zapato que flotaba sobre el agua servida.

Una sombra se acercó en la penumbra y vio a súper Julio que andaba por esos andurriales haciendo pesquisa esperando que venga Agosto y lo rescate. Tenia una subcámara acuática pero no sabia usarla. Le propuso al Vice Lampara « si me sacas una foto en pose te doy el zapato». Súper Julio tomó el zapato del rescate y el Vice tomó la subcámara para sacar la foto. No contaron con la astucia de la aerorata, que mordió el zapato y se perdió en la noche de las cañerías.