Extraña traducción de Google translator

Vladimir Nabokov huevos à la Nabocoque

Ahora hay un doble sentido (triple?) Si alguna vez has escuchado una. Como enviado a Maxime de la Falaise por su libro de cocina en el año 1972:

Hierva agua en una cacerola (burbujas significa que está hirviendo!). Tome dos huevos (para una persona) fuera de la nevera. Mantenga ellos bajo el agua caliente del grifo

para que estén listas para lo que les espera.

Coloque cada uno en una sartén, una tras otra, y hacerles caer sin hacer ruido en el agua (hirviendo). Consulte a su reloj de pulsera. Párese (sic) sobre ellos con una cuchara

de la prevención de ellos (que son aptos para rodar) de golpear contra la pared maldita de la cacerola.

Sin embargo, si un huevo se agrieta en el agua (en la actualidad burbujeante como locos) y comienza a vomitar una nube de materia blanca, como un medium en una sesión

pasada de moda, que pescar y tirar a la basura. Tome otro y tener más cuidado.

Después de 200 segundos han pasado, o, digamos, 240 (teniendo en cuenta las interrupciones), comenzará sacando los huevos. !¡

Colóquelos, extremo redondo hacia arriba, en dos tazas de huevo. Con una cuchara pequeña tap-tap en un círculo y la gallina abrirle la tapa de la carcasa. Toma un poco de sal y pan con mantequilla (blanco) listo. Coma.

Versión en ingles:http://www.theatlantic.com/entertainment/archive/2012/07/how-to-eat-like-your-favorite-authors/260451/#slide1

V.N.
November 18, 1972

Honras al Chiquitín

Mucho se cuenta que cuando Miguel Ángel terminó de cincelar su estatua de Moisés, anonadado por la apariencia de realidad que ésta tenía, le propinó un martillazo en la rodilla para que respondiera con movimiento, porque solamente eso le faltaba para ser real.
Y lo cubrió pudorosamente al Moisés por no dejar en evidencia su íntima senilidad, puesto que ridiculizaría el poder radiante de la escultura.
Lo que no se comenta, tal vez por pudor, es en donde le golpeó a David, del cual todos aquellos que lo hemos visto, sabemos que tiene atributos como para vivir normalmente entre los mortales aunque según se dice le faltan centímetros.
Muchos van a ver la estatua para comprobar la consabida mutilación, hallándose con la sorpresa de que el buen hombre está completo. Es claro, Buonarrotti tal vez en un arrebato de rebeldía no tuvo el menor pudor y lo plasmó vencedor con su espada en la mano.
David muy orondo parece decir: con este pitilín vencí a Goliat, a Jezabel y a millares. Venid a por el!

Pies descalzos

Mi primer obra de teatro fueron pies desnudos yendo de aquí para allá vistos por el resquicio que el telón dejaba, ver al no llegar hasta el suelo. Era una sala pequeña acomodada para tal fin, veinte sillas tal vez, empezaba a las diecinueve y en mi cabeza aun no podía caber que no se hiciera la obra por falta de localidades. Tampoco me hubiera imaginado que hubieran adelantado el horario. Nos quedamos un rato con mi tía mirando los pies tal vez acomodando el mobiliario, pero la obra nunca empezó. O no supimos interpretarla.

¡Que limitado es el mundo del niño que no tiene maldad!

La tapefobia (miedo a ser enterrado vivo)

Despertó y dedujo que estaba en el ataúd, olfateo y no capto el olor a gas cianuro que había programado para que funcione si por esas dudas volvía a respirar, el cambio de presión ejercida por la respiración la pondría en funcionamiento; había fallado, palpa el celular en el bolsillo interno del saco y lo retira, espera ese minuto fatal en que se inicia el equipo para leer en el visor: no signal, carajo sin señal y ese calor en aumento, solo queda empujar la tapa ligeramente adaptada para que ceda ante la presión de unas rodillas temblorosas y entumidas, salta la misma y una vaharada de calor infernal lo sacude, un chorro de petróleo encendido salta directamente sobre el desde uno de los quemadores, coloca entre el y su cuerpo la tapa del ataúd haciendo de escudo y recuerda la bomba de relojería que al no poderla hacer tan diminuta se le había quedado casi atorada en el esófago.                           Su rostro aterrado y viscoso pegado contra el doble vidrio del horno crematorio trasunta decepción y angustia ante la falta de previsión. Puede fallar.

Mi amigo Lázaro

Estimados amigos, he fallecido, pero como consuelo les permito dejar sus condolencias después de la señal, obvio que no responderé.

 

Cuento breve

 

En el fondo del bus un viejo escarra sin ningún pudor, luego hubo un silencio eterno, todos esperaban la expulsión del catarro, no sucedió. La mujer a mi lado empalideció y luego vomito en forma estentórea.

Conversaciones con Dios

Voy a casa a tocar la camita. El cansancio me agobia y quiero retornar al hogar en donde cubrí el calor de la noche bajo mi gorda frazada. Ritual cotidiano. Armar la camita para que guarde el calor hasta mi pronto retorno.

Otra vez tengo veinte años. La nostalgia me humedece los ojos. No es que todo pasado fuera mejor. Sino que el tiempo y la añoranza hace ver todo mas dulce y apacible. En muchos casos duele lo que pudo ser y no pudo. En otros dolió el crecimiento mismo.

Está todo escondido bajo una gruesa frazada, también encontré las lagrimas que mi madre vertió a escondidas cuando mi padre se fue. Ayer me rompiste el alma. Y también recuerdo haber escuchado su voz desde el interior de su vientre, nunca he vuelto a oír tan maravillosa y cantarina melodía. Hasta en sueños he regresado al hogar materno en busca de sombras fugaces.

A veces cargo sobre los hombros la soledad y angustia del mundo. Y cuando creía que recuperaba a mi padre, se me escurrió como arena entre los dedos. No me queda nada, ni sus ultimas palabras, solo un hay que emitió mirando al cielo, en el dolor tremendo de la frustración, y yo no estaba para decirle te quiero.

Por eso es que busco el calor de hogar. Por eso es que amo el calor de tu abrazo. Mi Dios y mi Padre.

Fatalidad: angustia por lo inevitable

Escuchando los disparos mi corazón se quebraba, miraba sin entender mientras los impactos dejaban orificios más pequeños que mis deditos.
Papá lo había hecho con sus manos de artesano para que asiente «mi culetín», Lo estoy viendo como si fuera hoy, aún me recuerdo sentado en él, la madera despintada por el uso, afirmándome con mis regordetas piernas para balancearme. Era pequeño y a medida, pintado de verde como lo estaba todo en casa, la puerta, el cielorraso, las paredes; yo lo disfrutaba, y aún está en uso en mi corazón, a pesar de que al intentar defenderlo alegaron que ya no me servía, que había crecido..
Me recuerdo con alegría sobre él.
Sentía Gozo balanceándome en él.
En el cuarto de baño que estaba a 20 metros de la casa, acostado con el asiento hacia adelante, lo fusilaron, no le dejaron la dignidad de morir de pié, vi saltar sus astillas.
Pero mucho más fusilaron en mi.
La confianza paterna, la seguridad que ella debería brindarme, la certeza de las cosas, la propiedad privada, y lo que es peor…
Hoy nos hablan de traumas y de improntas; volaron mi inocencia.
Cuando a veces me siento caminar sobre un tembladeral, aunque no sienta miedo, me duele la incertidumbre de ver que cada día la fatalidad despedaza lo que es mío sin poder evitarlo.
También con madera se crucifican los sentimientos.

Fatalidad: angustia por lo inevitable, impotencia ante el destino que todo lo absorbe, y lo fagocita.

Alejandría (escrito el 02/04/1997)

Cuando escuché que un fulano justificaba el incendio de la biblioteca de Alejandría, una especie de furia bullía en mi interior, decía que de esa manera la humanidad se liberaba de preconceptos nocivos y retrasantes (sic) A mi me hubiera gustado quemar sus libros para plasmar su expresión y titular a la obra: impotencia ante la quema de libros y, además lo hubiera situado en un lugar de privilegio viendo el incendio de su querida biblioteca.
Gracias al cielo que hay lectores! Yo se que a los investigadores les gustaría hallar esos manuscritos originales; se contentan hoy con copias o citas de contemporáneos, pero confío en que aquellos rollos fueron leídos y asimilados como para que sus enseñanzas no se perdieran; es muy posible que conceptos que manejamos hoy con fluidez estuvieran ocultos allí y hayan llegado a nuestra época por medios orales.
Totalmente convencido de que aquello era un archivero, los conocimientos estaban esparcidos. Nada se pierde, todo se recupera.
Si algún día viajáramos al pasado, nuestros dedos etéreos no podrían  rozar ni tampoco abrir los rollos, ver sin tocar seria la única manera de no dislocar el tiempo.
También nosotros podríamos sufrir la impotencia de ver el incendio una y mil veces, si quisiéramos.

Persigo al blanco (escrita el 26/11/1994

La carrera perfecta es aquella en la cual todos ganamos. Prosigo al blanco dijo Pablo, y no discriminaba. Se ve que en aquel entonces ya se entretenían disparando objetos contra otro definido como blanco. La meta compartida es para los mejores atletas. Pero qué, cuando la meta no puede pertenecer más que a uno? Lucha vana es la del que se esfuerza hasta el límite. Que cosa hará cuando llegue a la meta y ya no tenga resto? acaso se sentará agitado y en medio de los desordenados latidos cardíacos comenzará a dar órdenes, inconexas y entrecortadas como su respiración?
He visto elegir el mal menor. Que mal! Algunos tumores nacen así, una pequeña erupción que se la puede considerar erróneamente benigna, comparándola con una úlcera y, cuando esta se ramificó se ven muchos atletas de Dios a los saltos entre medio de las lianas. Enredos, magullones, mala respuesta a la adaptación social, y cuando la acción excede sus posibilidades de destreza, la hecatombe seguida por la poda. Raíces y restos de ramas perviven por un lapso proporcional al desatino. Y a árbol caído, árbol puesto.